El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó por amplio margen la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil, pero deberá medirse con el izquierdista Fernando Haddad el 28 de octubre.

Con casi el 98.9 % de las urnas escrutadas, Bolsonaro, un excapitán del Ejército, de 63 años, tenía 46.3 % de los votos, frente al 29 % de Haddad, designado candidato del Partido de los Trabajadores (PT) por el encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

En un hotel en el centro de Sao Paulo, donde Haddad dio una conferencia de prensa en la que prometió un país “profundamente democrático” y agradeció al excandidato Lula da Silva, se escucharon gritos de alivio por parte de sus seguidores al concer los sondeos.

En la explanada de los ministerios de Brasilia, los partidarios de Bolsonaro reaccionaron con desilusión.

Tras emitir su voto por la mañana en Sao Paulo, Haddad se dijo convencido de que habría segunda vuelta y empezó a tender puentes con otros candidatos.

La clave para que Haddad se acerque a los porcentajes de Bolsonaro reside en el centroizquierdista Ciro Gomes, que tenía 12.5 % de los sufragios.

Bolsonaro y Haddad son los vencedores y al mismo tiempo los candidatos con mayor índice de rechazo.

Haddad, un exalcalde de Sao Paulo poco conocido en otras regiones, heredó una buena parte del electorado de Lula, sobre todo entre la población pobre que mejoró sus condiciones de vida bajo su gobierno (2003-2011).

 

“Conspiración”

Por su parte, Jair Bolsonaro recibió en la última semana apoyos de poderosos sectores, como los ruralistas y las iglesias evangélicas. Pero debe lidiar con un historial de declaraciones racistas, misóginas y homófobas y con sus justificaciones de la tortura durante la dictadura militar (1964-1985), que le valieron un amplio rechazo de mujeres y de las minorías.

Bolsonaro, candidato por parte del Partido Social Liberal, se pronunció a través de Facebook, la red social en la que hizo prácticamente toda la campaña.

“No va a ser fácil la segunda vuelta, tienen miles de millones para gastar”, dijo en referencia al Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), abonando de nuevo la teoría de la conspiración.

“Vamos al tribunal electoral a exigir soluciones. Si tuviéramos confianza en el voto electrónico ya tendríamos el nombre del futuro presidente en el día de hoy”, señaló.